LAS CREENCIAS Y SUS FUNDAMENTOS BÁSICOS (primer sector)
No se basan en un sistema de ideas lógico. Su función no es coincidir con la realidad.
Cada realidad puede serpercibida desde infinidad de prismas, por lo que lo que consideramos “verdad” puedeser totalmente “falso” para otra persona, incluso para uno mismo años más tarde.Las creencias surgen de la mente consciente, de nuestro hemisferio izquierdo, el hemisferio lógico. Este es el que colapsa de las infinitas posibilidades una realidad concreta. Estas formas de pensamiento crean una identidad separada del mundo que vemos y nos permiten experimentar la individualidad dentro de un universo que percibimos separado pero que no lo está realmente.
Las creencias son como raíces aprendidas desde momentos muy tempranos.
La personalidad estructurada en los primeros años de vida ejerce una influencia muy importante en nuestra vida de adultos. Esto se puede observar en nuestras relaciones de pareja, en nuestro trabajo e incluso en la gestión de nuestras amistades.
Toda esta serie de patrones nos pueden llevar a repetir exactamente lo mismo en nuestras relaciones de adultos, pese a no estar en el mismo entorno familiar ni con las mismas personas. La otra vía, muy habitual también, es polarizarse en todo lo contrario y convertirse en todo aquello que no veíamos en nosotros de pequeños. Esto tiene un riesgo si se hace desde el juicio y no desde la comprensión ya que muchos de los aspectos que desechamos de nosotros mismos pueden ser muy útiles en nuestro crecimiento.
La dificultad en cambiar las creencias desde la lógica o el pensamiento racional estriba en que las más arraigadas son inconscientes.
Las creencias que nos mantienen atrapados en una forma inflexible de vivir nuestras experiencias y que nos hacen experimentar un bucle constante en nuestras vidas suelen estar alejadas de nuestro nivel de conciencia. Como decía Einstein, “no sepuede resolver un problema en el mismo nivel de conciencia en el que se ha creado”,por lo que llegar a un nivel profundo de comprensión siempre nos llevará a ampliar nuestra conciencia.
Condicionan una forma inflexible de vivir tus experiencias.
Las personas defienden sus creencias, incluso en algunas ocasiones con su vida. En muchas casos nos relacionamos con gente que comparte nuestro mismo sistema de creencias y juzgamos a aquellos que no comparten el nuestro. Creamos divisiones, jerarquías, incluso asociaciones que permiten consolidar o reafirmar nuestro sistema de creencias. Es necesario destacar que no hay nada de malo en sentirnos parte de un grupo que comparte nuestra forma de ver el mundo, es algo incluso necesario en muchas ocasiones, el peligro reside en pensar que sólo existe una forma correcta de funcionar y que lo que no coincide con eso está equivocado.
Todas las creencias tienen una intención positiva dentro de su posible disfuncionalidad.
Es importante aceptar e integrar todo lo que han aportado a nuestras vidas en lugar de maltratarlas o deshacernos de ellas desde el juicio. Si analizamos alguna de nuestras creencias que consideramos limitantes y pensamos en qué nos puede haber aportado en nuestras vidas, en un primer momento puede que no seamos capaces de observar ningún beneficio, pero, realizando un análisis muy práctico, el objetivo primordial a nivel biológico lo ha conseguido, que es mantenernos con vida.
Si mi creencia es “el mundo es injusto” siempre encontraré injusticias allá donde vaya, prestaré mucha más atención a cualquier detalle que tenga que ver con esa creencia y trataré de justificarme en función de lo que ocurre. Si alguien me lleva la contraria, tendré argumentos de sobras para rebatirle ya que, en mi vida, he recogido infinidad de experiencias en ese sentido y he conocido a muchas personas que piensan como yo. Esto me convierte en alguien especialmente capacitado para defender mis creencias y, por lo tanto, para no cambiar.
Vicente Roman Acosta