Las grandes compañías entienden de la importancia de las marcas. Hoy en día, en la era del individuo, tu debes ser tu propia marca.
Ha llegado el momento para mí – y para ti- de aprender la lección de las grandes marcas, una lección que es válida para cualquier persona que esté interesada en lo que se necesita para sobresalir y prosperar en el nuevo mundo del trabajo.
Sin importar la edad, independientemente de la posición, independientemente de la empresa en que nos encontremos, todos necesitamos comprender la importancia de representar nuestra propia marca.
La principal oportunidad está en convertirse en un profesional libre en una economía de profesionales libres y autónomos, que busca conseguir los mejores resultados en su sector, si buscas esto estarás en mejor posición para negociar tu candidatura en el futuro, en un mercado de profesionales independientes.
Todo el mundo tiene la oportunidad de destacar. Todo el mundo tiene la oportunidad de aprender, mejorar y desarrollar sus posibilidades. Todo el mundo tiene la oportunidad de ser una marca que vale la pena ser destacada.
Hoy las marcas lo son todo, y todo tipo de productos y servicios (desde empresas de contabilidad a los responsables de la zapatillas de deporte o los restaurantes) están pensando cómo trascender los estrechos límites de sus negocios y convertirse en una marca tan fuerte como Coca-Cola.
La marca es la promesa del valor que recibirás.
¿Qué te hace diferente?
No “perteneces” a cualquier empresa para toda la vida, y tu no estás ligado a una “función” en particular. No te defines por tu puesto de trabajo y no estás limitado por la descripción de tu puesto.
Para empezar a pensar como el gestor de tu propia marca, hazte la misma pregunta que se hacen los gerentes de marcas como Nike, Coca-Cola, Pepsi: ¿Qué es lo que mi producto o servicio ofrece que lo hace diferente? Tómate el tiempo para escribir tu respuesta. ¿Qué le estas ofreciendo a la gente ?, ¿Qué impresión pude tener la gente de ti ?
Si tu respuesta no ilumina los ojos de un cliente potencial, si no activa un voto de confianza de un antiguo cliente satisfecho, o – peor aún – si no te atrapa a ti, entonces tienes un problema. Es hora de esforzarse y pensar seriamente en imaginarte y revelarte a ti mismo como una marca.
El próximo paso es dejar a un lado todas las descripciones habituales de las que dependemos los empleados y los trabajadores para ubicarnos en la estructura de la empresa. Olvida tu puesto de trabajo. Pregúntate: ¿Qué hago yo, que sume, sea notable, medible, distinguido, con valor adicional? Olvídate de la descripción de tu puesto de trabajo. Pregúntate: de lo que yo hago, ¿de qué estoy más orgulloso? Por encima de todo, olvídate de los peldaños estándares de progreso que has escalado en tu carrera hasta ahora.
Cuando hayas hecho esto, siéntate y hazte una pregunta más para definir tu marca: ¿por qué quieres ser conocido? ¿Cómo quieres que te recuerden las personas?
Déjame tus respuestas en los comentarios.
Empieza a vender tu propia marca.
Jesus Loza