BASE TEÓRICA NEUROCIENTÍFICA
Una preferencia es un conjunto de habilidades funcionales especializadas, o dones, que cada uno de nosotros tiene naturalmente como consecuencia de la combinación y distribución específica de neurotransmisores en nuestro cerebro. Cuando las sustancias químicas presentes crean un nivel de resistencia eléctrica significativamente más bajo, tenemos una preferencia natural.
En este caso, el flujo de corriente eléctrica que denominamos ‘pensamiento’ es muy simple, y prácticamente no nos insume esfuerzo alguno. Dado que el hecho de utilizar nuestra preferencia nos resulta divertido y nos aporta energía, en consecuencia, las personas desarrollarán y utilizarán su preferencia natural. Asimismo, al utilizar esa preferencia, manifiestan que se concentran en lo que hacen, en forma natural y sin esfuerzo. Cabe destacar que la preferencia suele ser estable durante nuestra vida. Existe y persiste independientemente de que la utilicemos o no.
Cuando las sustancias químicas presentes crean un nivel marcadamente mayor de resistencia eléctrica, no existe tal preferencia. Es más: según el Dr. Richard Haier, que utiliza tomografías PET para comprender cómo funciona el cerebro, el nivel de resistencia en esas áreas es, en general, 100 veces mayor que el existente en nuestra área de preferencia natural. Es por ello que llamamos a estas áreas y sus modos de pensamiento los ‘no-preferidos’. En ellos, debemos hacer un esfuerzo incluso para ‘pensar’ –para metabolizar las cantidades mayores de energía necesarias para superar esta mayor resistencia. En consecuencia, solemos postergar o evitar aquellas tareas que dependen, en gran medida, de nuestros modos nopreferidos, aun cuando hayamos desarrollado una competencia significativa para utilizarlos. Además, la competencia no podrá cambiar una no-preferencia en preferencia. Por el contrario, las competencias no suelen ser innatas. Se crean y fortalecen mediante el uso o la práctica. Son el resultado normal y natural del hecho de utilizar repetidamente una habilidad en particular. En cierta forma, las competencias son más flexibles que nuestra preferencia. En un momento de nuestra vida podemos desarrollar competencias en un área. En otro momento, y en respuesta a oportunidades o necesidades distintas, desarrollaremos una serie de competencias totalmente distintas en un área diferente de la corteza cerebral. No debe sorprendernos, entonces, que las competencias preferidas, aquellas que desarrollamos en nuestra preferencia natural, sean muy confiables y eficientes en el uso de energía, y que incluso sirvan de fuente de energía. Por el contrario, las competencias no-preferidas no son tan confiables, y no hacen un uso tan eficiente de la energía. Estas verdades se ven fortalecidas por las siguientes Reglas Empíricas: Las personas son más productivas, felices y saludables cuando: 1. Desarrollan, utilizan y son recompensados por el uso de su preferencia natural y sus talentos, y 2. Aceptan y dirigen sus debilidades naturales en forma efectiva.
NOTA DE LA HERRAMIENTA: Ahora con la influencia millenial, a este tipo de dinámica se le llama también gamificación, que es la implementación de mecánicas jugables en contextos ajenos a un juego, para conseguir un mayor engagement e implicación de los usuarios.
En la última década hemos aprendido más acerca del cerebro humano que en casi toda la historia de la humanidad. En gran medida se debe a los avances en la neurociencia, sobre todo en el uso de tecnologías nuevas como las máquinas de resonancia magnética funcional (fMRI).
1. El cerebro no siente dolor:
El cerebro es la herramienta que utilizamos para detectar el dolor. Cada vez que un receptor de dolor de cualquier parte del cuerpo se activa, ya sea porque sufriste un golpe o una herida, un impulso viaja por tu médula espinal hasta el cerebro. Entonces tu cerebro envía una señal de dolor.
Sin embargo, el cerebro por sí mismo no tiene receptores de dolor. Así que la anestesia que se utiliza para ejecutar una cirugía al cerebro es para evitar que sientas dolor en el cuero cabelludo, las membranas que recubren el cráneo y que protegen al cerebro mismo.
2. Representa el 2% de peso corporal, pero usa el 20% de la energía
La alta actividad metabólica del cerebro hace que consuma mucha energía. Esta energía se utiliza para apoyar los procesos necesarios para el mantenimiento de la respuesta adecuada de las neuronas en funciones transitorias y en constante cambio del cerebro. De igual forma, para su funcionalidad sostenida.
3. El cerebro es 73% agua y deshidratarte te hace más tonto
No importa si la deshidratación es moderada o intermedia, igual va a afectar negativamente en tu desempeño. Deshidratarte tan solo un 2% hará que te sea sumamente difícil cumplir con tareas que requieren atención, habilidades psicomotoras y de memoria a corto plazo. Una razón más para llevar contigo una botella con agua todo el tiempo.
4. Es el órgano más graso del cuerpo
Tu cerebro pesa cerca de 3 libras, pero si le retiras toda el agua, cerca del 60% de su peso en seco es grasa. Para mantener la habilidad de desempeño de este órgano es importante consumir grasas, pero no de cualquier tipo, específicamente ácidos grasos del tipo Omega 3. Te recomendamos optar por las nueces y el salmón.
5. Un cerebro puede contener no menos de 86 billones de células cerebrales
La cantidad exacta de neuronas que tiene un cerebro es muy difícil de saber con certeza, pero el cálculo más modesto de todos indica que al menos contiene 86 billones. En un trozo de cerebro del tamaño de un grano de arena hay 100 000 neuronas y ocurren un millón de sinapsis para comunicarse unas con otras.
6. Hacer dieta vuelve a tu cerebro un caníbal
Un estudio hizo importantes hallazgos acerca de cómo las células cerebrales se alimentan de pequeños trozos de sí mismas cuando no comes lo suficiente. Es por eso que hacer dieta es tan difícil. Bajar de peso no representa matarte de hambre, sino comer saludable, asegurándote de consumir los nutrientes necesarios para que tu cerebro no se coma a sí mismo.
7. Utilizamos todo el cerebro, no solo el 10%
Los escáneres cerebrales demuestran que utilizamos todo el cerebro casi todo el tiempo, aún si estamos dormidos. Algunas partes incluso se especializan en ciertas tareas específicas.
8. El alcohol no mata las neuronas, pero sí las incapacita
Beber alcohol ha sido tachada como una actividad que mata las neuronas, pero esto no sucede en realidad. Eso no significa que el alcohol no sea dañino, porque lo que sí hace es dañar el tejido conectivo de las neuronas. En otras palabras, aunque sigan vivas ya no pueden funcionar, la diferencia no es mucha al final. Mejor mantén limitado el consumo de alcohol.
9. Tu cerebro te engaña cuando intentas recordar
Los recuerdos no son una fuente confiable de información precisa. Tu cerebro los va a modificar basándose en emociones, motivaciones, marcadores somáticos, cotexto y frecuencia de ocurrencia de la experiencia.
10. El cerebro toma el control sin avisarte
Cerca del 95% de tus decisiones las tomas de forma subconsciente. Tu cerebro funciona de tal forma y con tanta eficiencia que ni te enteras de lo que está pasando allí. Imagínate que sólo el 5% de las veces estás realmente consciente de tus decisiones de compra, de allí la importancia del neuromarketing.
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Autor: Vicente Román Acosta / Patricia sofia Madrazo Gómez
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