Muchos expertos en negocios y liderazgo han enfatizado la importancia de que las empresas ofrezcan a sus colaboradores un entorno favorable para su desarrollo profesional y promuevan el equilibrio entre la vida personal y las actividades laborales, pero lo cierto es que difícilmente puede existir una empresa responsable si sus trabajadores no guían sus acciones con base en este mismo principio.
De ahí que el compromiso que los colaboradores de una organización adquieren con ella al momento de integrarse como parte de un equipo de trabajo comprende no sólo desempeñar con excelencia las funciones para las que ha sido contratado, sino también adoptar los valores que rigen su actuar y contribuir activamente en la creación de un mejor entorno de trabajo a través de actitudes y conductas que estimulen la confianza de sus compañeros y faciliten la colaboración.
De esta forma, la actitud de un profesionista se convierte en una llave maestra capaz de abrir o cerrar una gran cantidad de puertas corporativas según el sentido en que sea capaz de girar; es decir, mantener un comportamiento que genere un impacto positivo en el entorno, ganar la confianza de tus compañeros de trabajo, y conducirte de manera ética serán sin duda catalizadores que te permitirán avanzar rápidamente y encontrar nuevas oportunidades profesionales; mientras que tener un comportamiento alejado de los valores de una organización o convertirte en un elemento tóxico para su cultura seguramente frenará tu crecimiento significativamente.
Algunos de los hábitos irresponsables que podrían afectar seriamente tu imagen profesional, frenar tu crecimiento dentro de la empresa en la que te desarrollas e incluso dejarte sin trabajo. Seguramente no te identificas con ninguno de ellos, pero ¿conoces a alguien que actúe de esta forma?
1. Llegar tarde siempre
Es cierto que, principalmente en las grandes ciudades donde se viven serios problemas de movilidad, predecir cuánto tiempo te tomará trasladarte de un lugar a otro se vuelve una tarea prácticamente imposible y los percances parecen estar a la orden del día; pero si entras tarde a la oficina cada mañana y llegas a tus juntas siempre con varios minutos de retraso, estás frente a un problema importante.
La impuntualidad crónica puede interpretarse como una falta de interés y una conducta desconsiderada, por lo que dejar a tus colegas esperando durante largo rato no sólo puede resultar grosero, sino también irresponsable. ¿Acaso no es tu deber estar listo a tiempo para cumplir con tus funciones?
2. Ser negativo todo el tiempo
Está bien tener desacuerdos con tu equipo de trabajo de vez en cuando, pero ¿realmente necesitas desaprobar todas las ideas y comentarios que llegan a tus oídos? La razón por la que nadie le gustan las personas que son extremadamente pesimistas es que tienen una asombrosa capacidad para desmoronar el entusiasmo de sus compañeros de trabajo y por consecuencia generar un ambiente de miedo muy difícil de superar.
3. Ensuciar áreas comunes
Sí, tu escritorio cuenta como un área común, especialmente si te encuentras bajo un esquema de puertas abiertas o utilizas este espacio para colaborar con tus colegas en distintos proyectos. Una vez aclarado esto, será fácil entender por qué debes evitar que tu lugar luzca como una zona de guerra; se trata de una de tus más importantes cartas de presentación: como está tu espacio, está tu vida.
Lo mismo sucede con el comedor, el baño, las salas de descanso y todo tipo de áreas que compartes con tus compañeros. Dejar basura en todos los lugares por los que pasas demuestra arrogancia, inmadurez, falta de responsabilidad y poca consideración.
4. Hacer interrogatorios
Dicen que no hay preguntas tontas, pero hay algunas que son bastante incómodas, así que lo mejor es abstenerse de hacerlas dentro de la oficina. Cuestionar a tus compañeros de trabajo sobre temas personales en un esfuerzo por interactuar con ellos o romper el hielo definitivamente entra dentro de esta categoría.
Este tipo de cuestionamientos no son los únicos que pueden resultar incómodos, el exceso de preguntas sobre determinado proyecto en el momento que recibes una nueva asignación también puede resultar particularmente molesto. Para evitar incurrir en ello procura limitar las interrogantes sobre tus nuevas tareas únicamente a aquellos inconvenientes que no podrías averiguar por cuenta propia o acercarte a tu jefe en algún momento lejos de los reflectores; una junta con varios miembros del equipo podría no ser siempre el mejor lugar para manifestar tus inquietudes y puede interferir con las actividades de tus compañeros.
5. Quejarte en redes sociales
Todos hemos atravesado alguna vez por momentos en los que tenemos una enorme necesidad de expresar desacuerdo e incluso enojo sobre un acontecimiento en el trabajo, la conducta de un jefe o problemas con un compañero, pero esta no es una noticia que importe a todos tus contactos de Facebook, especialmente si entre ellos se encuentra personal de tu mismo equipo.
Recuerda que la mejor forma de evitar que tu jefe se entere de lo mucho que odias tu empleo (aunque sea temporalmente) y que actúe en consecuencia es evitar hacer comentarios de esta naturaleza a través de tus redes sociales.
6. Falta de aseo personal
Sin importar cuan informal sea el código de vestimenta dentro de una organización, es importante cuidar tu aseo personal, ya que la falta de higiene o la ropa desaliñada pueden dañar seriamente tu imagen profesional, denotando descuido, irresponsabilidad y falta de atención a los detalles.
7. Reportarse enfermo constantemente
Claro que todos podemos tener problemas de salud en algunas ocasiones, pero si te reportas demasiado grave para presentarte a la oficina cada pocas semanas no habrá duda alguna de que estás exagerando o mintiendo para librarte de tener que trasladarte a la oficina; así que lo mejor será que evalúes cuan enfermo te encuentras realmente y si es necesario faltar al trabajo. De lo contrario, ¿por qué precipitarse y arriesgarse a poner en tela de juicio tu profesionalismo?
8. Atender otro negocio en horario laboral
Encontrar un par de personas que venden galletas para la escuela de sus hijos o productos por catálogo no es algo poco común en las oficinas, aunque se trata de una práctica que está expresamente prohibida en muchas empresas y con frecuencia puede interferir con las actividades del personal, por lo que más allá de las políticas propias de la organización, lo mejor es evitar atender este tipo de transacciones en horario laboral.
9. Distraerse en las reuniones
¿Estás seguro de que prestas toda la atención posible en las reuniones? Enviar mensajes de texto, revisar tu correo electrónico y responder llamadas en medio de una reunión de trabajo demuestra poco interés y una falta de concentración que seguramente se verá reflejada más tarde en los resultados de tu trabajo y en tu evaluación de desempeño.
10. Tomar suministros de oficina sin autorización
Llevarte a casa algo de material si vas a trabajar todo el fin de semana puede ser un comportamiento completamente normal, pero usar los recursos de la empresa con fines personales es mucho más que una conducta irresponsable, es robar dinero de la organización. Evita hacer llamadas personales de larga distancia desde tu teléfono fijo, tomar suministros de papelería con fines personales y hacer quinientas copias de tu novela favorita desde la máquina de la oficina.
11. Distribuir información confidencial
Cuando trabajas en una empresa muchas veces tienes acceso a una gran cantidad de información sobre clientes, ventas, estados de resultados, presentaciones y otros datos de carácter estrictamente confidencial cuya distribución puede tener graves consecuencias para la organización. Proteger dicha confidencialidad es tu responsabilidad y distribuirla de forma deliberada o accidental no sólo puede dañar tu reputación personal y profesional, sino también te pone en riesgo de encontrarte con repercusiones legales, por lo que debes tener especial cuidado al transferir datos de un espacio de almacenamiento a otro, aún cuando se trate de tu laptop.
12. Expresarte de forma agresiva
La amabilidad es una cualidad que se valora en todo profesionista exitoso, y más aún en aquellos que aspiran a liderar su propio equipo de trabajo, así que procura dirigirte con respeto todos los integrantes de la organización sin importar su rango, género, origen o condición social.
Es normal estar sensibles a algunos estímulos en algunas ocasiones o molestarnos por determinadas situaciones, pero es muy importante comportarte de forma asertiva, ya que esto te permitirá generar un ambiente de confianza y trabajar de forma mucho más eficiente.
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