Muchas son las aproximaciones y explicaciones que hacen profesionales e investigadores en torno al fenómeno del Lenguaje. El enfoque pragmático ha considerado los aspectos de contextualización y funcionalidad lingüística que no eran abordados en los modelos sintácticos y semanticistas, haciendo una importante contribución al estudio del lenguaje y la comunicación. En el mismo sentido, la teoría constructivista de H. Maturana se refiere al lenguaje como conducta de comunicación, y en su explicación complementa la noción pragmática de uso y función del lenguaje entregando una visión consistente y valiosa al analizar su rol en la vida cotidiana.
Es a partir de estas perspectivas, la pragmática y la constructivista, que se abordará el proceso de la adquisición y desarrollo del lenguaje y la comunicación, orientando su análisis desde una visión integradora que intenta dar cuenta del importante rol que tienen los factores contextuales en la emergencia y moldeamiento del lenguaje y su función comunicativa. El artículo se inicia con la revisión de definiciones y conceptos fundamentales de los enfoques señalados centrándose, finalmente, en la explicación acerca del proceso que sigue la adquisición del lenguaje y la comunicación y la influencia de los contextos en el desarrollo de la competencia comunicativa.
El Lenguaje puede ser entendido como un modo de relacionarse que surge en el vivir en comunidad lingüística. El Lenguaje es un intercambio de comunicación, constituye un fenómeno biológico relacional, de modo que, cuando nos referimos al lenguaje, no aludimos sólo a su estructura, sino también, a la función que está a la base. El lenguaje no puede ser subdividido en componentes ya que expresa, simultáneamente, función, contenido y forma.
El lenguaje es funcional, en el sentido que sirve a las necesidades comunicativas y a los contextos del entorno comunicativo. Nos comunicamos esperando influir en los demás, para que respondan según deseamos. Usamos el lenguaje para hacer, significar y decir, subyaciendo a su expresión diversas intenciones comunicativas, que tienen relación con los aspectos funcionales del uso del lenguaje, de manera que, las configuraciones de funciones dan cuenta de la estructura lingüística.
Es la interacción interpersonal el espacio donde el lenguaje se hace consensual, operando en la dinámica interaccional principios y reglas que permiten comunicarse. Los individuos se comunican con reglas, siendo el conocimiento de las reglas lingüísticas y la capacidad de aplicarlas en determinados contextos lo que constituye la base de la competencia comunicativa (1). Las reglas lingüísticas constituyen una condición y al mismo tiempo un producto de los procesos de comunicación que pueden ser analizadas a través de distintos tipos de actos de habla. La Comunicación es una serie de actos comunicativos o actos de habla que pueden ser usados sistemáticamente para propósitos particulares.
El lenguaje tiene funciones, se puede conocer el mundo a través de él. En la medida en que el lenguaje se va aprendiendo opera un componente cognitivo, de manera que, si se tiene cierto conocimiento del mundo, se tiene cierto conocimiento de las propias ideas, como también, suposiciones acerca de las ideas de los demás.
En esta dinámica se genera un rango de presuposiciones las cuales hacen referencia al cómo el hablante o el oyente cree que el otro está reaccionando o comprendiendo lo que está sucediendo en una conversación. El lenguaje, por lo tanto, no sólo implica aspectos fonológicos y gramaticales, sino también, un aspecto comunicativo general que está contextualizado y que tiene influencia de aspectos psicológicos, sociales, culturales y afectivos.
Jenniffer Peralta Montecinos