Según el Informe “Tendencias de Capital Humano 2019” de Deloitte, los problemas relacionados con el bienestar, la productividad y el agotamiento han crecido en los últimos cinco años. Muchas presiones provenientes del mundo digital del trabajo, para estar siempre conectados y preparados, han desafiado el bienestar de muchos colaboradores. Ahora sabemos que la mala salud mental y el estrés relacionado con el trabajo representan más de la mitad del absentismo laboral. El año pasado solo en el Reino Unido, se perdieron 15,4 millones de días hábiles debido a afecciones asociadas con problemas de salud mental y bienestar. Cada vez más personas cogen días de baja por esta razón (en lugar de enfermedades comunes o lesiones físicas), lo que implica costes de hasta 1 billón de dólares en pérdida de productividad para la economía global.
En Reino Unido, 15,4 millones de días hábiles se perdieron el año pasado debido a condiciones asociadas con mala salud mental y bienestar.
Al observar estas cifras (alarmantes), está claro que la mala salud mental y el bienestar en el trabajo es un desafío importante y urgente que RRHH debe considerar.
El mundo del trabajo está cambiando rápidamente, y las generaciones más jóvenes están cada vez más abiertas para aprovechar las nuevas oportunidades de carrera y desarrollo a medida que surjan. Los Millennials y la Generación Z son tecnológicamente y socialmente muy distintos en comparación con las generaciones anteriores y, por lo tanto, deben abordarse de manera diferente.
Además de ayudar a reducir la rotación de empleados y mejorar el
employer branding, la formación en el lugar de trabajo también puede ayudar a combatir las enfermedades mentales y mejorar la satisfacción laboral al proporcionar a los empleados oportunidades e información para desarrollarse profesionalmente. Una investigación realizada por Josh Bersin y LinkedIn descubrió que “los empleados que pasan tiempo en el trabajo aprendiendo tienen un 47% menos de probabilidades de estar estresados, un 39% más de probabilidades de sentirse productivos y exitosos un 23% más preparados para asumir responsabilidades adicionales y son un 21% más
propensos a sentirse seguros y felices. ‘’
Las empresas confían cada vez más en las innovación
en formación y desarrollo (L&D) para fortalecerse y reposicionarse como marcas empleadoras y atraer a estas generaciones. La formación continua y el aprendizaje personalizado se han desarrollado fuertemente y se basan cada vez más en interacciones sociales, experiencias y comportamientos. Todo ello se ha desarrollado a través de hallazgos e investigaciones en neurociencia.
Las empresas, y en particular los responsables de L&D, deben verse ahora como mediadores del contenido de aprendizaje. Depende de ellos encontrar nuevas formas de involucrar a los participantes reaccionando rápidamente
a sus necesidades, pero también teniendo en cuenta sus deseos y posibilidades futuras.
De: Speex
Jesus Loza