Para comprender el concepto de «emoción» que manejamos actualmente, resulta imprescindible conocer la evolución y las distintas acepciones teóricas de dicho concepto a lo largo de la historia, así como las conclusiones derivadas de la observación natural del comportamiento humano desde tiempos ancestrales.
La primera aproximación teórica relevante data del siglo IV a.c. con la figura de Platón. En la obra «Filebo» exponía, en un diálogo entre Sócrates y Protarco, el dolor y el placer. Ya entonces, organizó el alma humana en lo que él llamó «razón», «apetito» y «espíritu», lo que en términos actuales correspondería con los conceptos de cognición, motivación y emoción. Para ilustrar esta teoría, desarrolló la alegoría de «El carro alado», donde hablaba de un auriga que conduce un carro tirado por dos caballos alados. Uno de casta noble y otro más desbocado y salvaje. En este mito elauriga representa el intelecto, el carro que conduce sería el alma humana y loscaballos representan por un lado el impulso racional o moral (el de casta más noble) y, por otro lado, los impulsos derivados de las pasiones más profundas e irracionalesdel ser (el más impredecible y complicado). Por lo tanto, vemos cómo el intelectotrata de dirigir el alma hacia la iluminación impulsándose del raciocinio y las emociones, pero debiendo al mismo tiempo controlar y coordinar dichos impulsos.
“Una buena educación emocional sería un elemento clave a favor de una buena convivencia” («Ética a Nicómaco», Aristóteles).
Esta visión funcionalista de las emociones expuestas hasta el momento contrasta conlas planteadas poco después por los filósofos estoicistas, los cuales calificaban lasemociones como “enfermedades crónicas”, “juicios errados” u “opiniones vacías y privadas de sentido”. Esta visión de las emociones resulta comprensible si tenemosen cuenta que, para ésta corriente filosófica, todo lo que ocurre es parte de un plancósmico predeterminado e inevitable por lo que no existirían el bien ni el mal, tan sólo la aceptación de nuestro destino. En esta sosegada aceptación radicaríaprecisamente la libertad, en vivir adaptándonos a nuestra naturaleza cultivando laimpasibilidad (apatía) y la imperturbabilidad (ataraxia). Para ellos, las emociones derivan de las opiniones y los juicios; por este motivo, las concebían como cualidades propias de gentes poco cultivadas espiritualmente.
No sería hasta algunos siglos más tarde cuando los primeros filósofos cristianos (el llamado «Cristianismo del primer milenio») a través de la pluma de San Agustín deHipona volvía a licitar las emociones como parte de la naturaleza humana, asociándolas a lo que él llamaba «voluntad».
“Las emociones pertenecen más a la parte apetitiva del alma que ala aprehensiva, y específicamente al apetito sensible más que alapetito espiritual, ya que a menudo están unidas a mutaciones corporales.” («Summa Teologica», Tomas de Aquino).
Como ya sabemos, todo lo relativo a las pasiones humanas estuvo relacionado con el pecado, considerándolas apetitos y deseos que debían ser controlados para no acabar siendo esclavizados por los mismos.
Con el renacimiento vendrían una nueva línea de pensadores que rompían con ladoctrina eclesiástica, como Paracelso, Patrizzi, Giordano Bruno o Telesio. Sirva comoejemplo éste último, que ya reconocía la función natural biológica del placer y del dolor. Defendía que “las emociones nacen de la situación difícil en que el espírituvital y el cuerpo se encuentran en el mundo” (Casado, C., & Colomo, R., 2006).
Contemporáneo a estas doctrinas naturalistas, saltando de Italia a Inglaterra encontramos a Hobbes y su obra prima «Leviathan», donde define las emociones como principios invisibles del movimiento del cuerpo humano. Afirma que preceden a las acciones visibles y lo denomina «tendencias». Con su obra, propone un matiz que consideramos de capital importancia, ya que determina que la tonalidaddolorosa o placentera de la emoción es específicamente lo que asegura su función vital (recordaremos esta frase cuando aparezca Darwin y su enfoque evolutivo).
Descartes propuso un enfoque dual de las emociones, dividiéndolas en pensamientos (la parte mental) y percepciones (la parte relativa al cuerpo). Como nexo de unión demente y cuerpo, hablaba de la glándula pineal como el lugar donde residía el alma y,por ende, las emociones. Es precisamente desde esta unión donde la emoción cumplesu doble papel con una función común, que para el francés no es otra que incitar alalma a permitir y contribuir a las acciones destinadas a la evolución y la conservación del ser.
Este trabajo tuvo una gran influencia para otros muchos autores, los llamados «cartesianos», que aportaron matices y desarrollaron distintas teorías partiendo de esta base. En esta línea, Pascal fue el primero en definir el «sentimiento» como valioso y funcional, ya que sería el elemento común entre razón y emoción y, por lo tanto, un mediador fundamental e indispensable en el momento de solucionar los conflictos surgidos entre ambos. Kant quiso completar esta idea pero con ciertos matices estoicistas. Esta posición se revela en la siguiente frase:
“Las emociones son un predominio de las sensaciones, al punto quellega a suprimirse el dominio del alma (…) crece rápidamentehasta hacer imposible la reflexión.” (Immanuel Kant).
Podríamos concluir de su obra que acepta, entiende y respeta la emoción comomedio pero desde cierta moderación, no desde una inundación emotiva incapacitante. De hecho, en relación a la somatización, deja una observación interesante que es la siguiente: “La mayoría de las veces las emociones ayudan ysostienen la existencia y algunas de ellas, como la risa y el llanto, favorecenmecánicamente la salud” (Casado, C., & Colomo, R., 2006).
Algunas de las principales aportaciones de Darwin serían el carácter hereditario yadaptativo de las emociones, la función comunicativa de las mismas, así como supapel fundamental en la preparación de las respuestas reactivas funcionales. Por lotanto, desarrolló y aportó valiosas investigaciones tanto en el aspecto genético de lasemociones como en la función social de las mismas.
“Los cambios corporales siguen directamente a la percepción delhecho desencadenante […] nuestra sensación de esos cambiossegún se van produciendo es la emoción” (James, W., 1985).
Es un precedente que sirvió de inspiración a muchos que, después de él, estudiaronestadística y científicamente los correlatos fisiológicos de las emociones. Ya en elsiglo XX, mención especial merece la figura de Jean Paul Sartre, desde un enfoquefilosófico mucho más influido por la psicología moderna. Con este fragmento podemos intuir su tendencia:
“Denominaremos emoción a la caída brusca de la conciencia en lomágico (…). Por lo tanto, no es necesario ver en la emoción undesorden pasajero del espíritu, que vendría a perturbar desdefuera la vida psíquica. Al contrario, se trata del retorno de laconciencia a la actitud mágica, una de las grandes actitudes que leson esenciales (…). La emoción no es un accidente, es un modo deexistencia de la conciencia, una de las maneras por las que comprende su ser en el mundo.” (Casado, C., & Colomo, R., 2006).
De este modo, para Sartre la emoción es una “conciencia del mundo” o “una cierta manera de aprehender el mundo”.
Durante este periodo histórico, la psicología se escinde de lo puramente filosófico para nutrirse de las ciencias, dando lugar a una florida variedad de enfoques que aúncoexisten en la actualidad, tales como el enfoque conductual, el cognitivista, elpsicoanalítico o el ecológico contextual, cada uno con su interpretación del sentido y el significado de «emoción», pero todos deudores y herederos de la evoluciónhistórica de la observación sistemática y la reflexión humana. Dentro de todos los enfoques actuales, aplicado al ámbito de la Bioneuroemoción, destacamos y compartimos la visión del psiquiatra David R. Hawkins, que en su obra de culto «Dejar ir» define lo siguiente:
“La mente con sus pensamientos es dirigida por los sentimientos.Cada sentimiento deriva de la acumulación de muchos miles depensamientos. Como la mayoría de las personas suprimen yrehúyen sus emociones durante toda su vida, la energía reprimidase acumula y busca expresarse a través de la aflicciónpsicosomática, los trastornos corporales, las enfermedadesemocionales y la conducta desordenada en las relaciones interpersonales. Las emociones acumuladas bloquean elcrecimiento espiritual y la conciencia, así como el éxito en muchasáreas de la vida.” (Hawkins, D., 2014, p. 30).
Te ayudamos a mejorar tu manejo emocional
info@integrandoequipos.com