Aunque sería muy útil contar con una guía exacta para saber cuál es el secreto del éxito laboral, la realidad es que no hay una garantía de que funcione igual en toda situación o en todo momento histórico.
Hasta antes de la crisis sanitaria, los expertos en gestión del Capital Humano hablaban de ser competente, entendiendo por ello el poseer conocimiento teórico, práctico y actitudinal. En otras palabras: saber, saber hacer y saber ser. Un individuo que poseyera estas cualidades, podía considerarse un elemento destacado en el equipo de trabajo.
Pero, ¿qué sucederá en un mundo post-pandemia? De acuerdo con varios analistas, se puede decir que se seguirá considerando un criterio de competencias, sólo que algunas habilidades cobrarán más importancia que la que tenían hasta antes de la llegada del COVID-19.
Revisemos cuáles son las más recurrentes:
- Flexibilidad
- Pensamiento critico
- Conocimiento tecnológico
- Negociación
- Creatividad
Flexibilidad: Aquí, cabe citar a la Profesora María Clara Posada, ex-directora de la Universidad de Antioquía, Colombia: “Si el paradigma del siglo XIX fue el de la fuerza: el más fuerte sobre el más débil y el del siglo XX la velocidad: el más rápido sobre el más lento, el paradigma del siglo XXI sería el de la flexibilidad: el más flexible sobre el más rígido”. Y aunque, evidentemente, Posada no tenía conocimiento de lo que se viviría en 2020 a nivel mundial, sus palabras parecen ser proféticas.
En la actualidad, las organizaciones están en búsqueda de talento que sea capaz de reinventarse, tantas veces como sea necesario, lo cual implica la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades y, quizá después de un tiempo, desaprenderlos y adquirir otros más. El hecho es que nada de lo que funciona hoy, tiene garantía de que funcionará mañana.
Pensamiento crítico: Hoy, más que nunca, es necesario contar con personal que tenga la capacidad de discernimiento ante la gran cantidad de información que nos inunda. El pensamiento crítico no tiene que ver con ser negativo o pesimista, sino con poder analizar con mente abierta y objetiva.
En medio de tantas notas periodísticas, mensajes propagandísticos, estadísticas, cifras, declaraciones, etcétera, es importante elegir la información que es confiable y valiosa y, desechar aquella que no lo sea. E idealmente, capitalizarla en favor de la organización.
Conocimiento Tecnológico: Y aunque suene obvio, al parecer, muchos colaboradores aún no dimensionan la importancia de adquirir conocimientos tecnológicos. A medida que la llamada 4a Revolución Industrial impacte a más industrias, será necesario que cualquier trabajador, de cualquier giro, tenga amplio conocimiento y dominio de estas herramientas.
Entre las más destacadas, están la Inteligencia Artificial (IA), Realidad virtual y aumentada, robótica, blockchain e Internet de las cosas, mismas que serán de uso habitual en las actividades de cualquier tipo de perfil laboral.
Capacidad de Negociación: Con la inminente entrada de robots en la fuerza laboral y en la automatización, cada vez será más necesario contar con personal que posea habilidades sociales. Es claro que, al menos en el corto plazo, un individuo es mucho mejor negociador que un robot, al tiempo que tiene una mejor interacción social.
Esta aptitud deberá ser desarrollada por personal de cualquier sector, incluso aquellos que sean altamente técnicos, lo cual les permitirá negociar con gerentes, pares y clientes. Se vislumbra que esta habilidad estará entre las más deseables.
Creatividad: Indudablemente, este aspecto ya era muy valorado desde antes de la llegada del COVID-19. Sin embargo, ahora cobra especial relevancia, dada la incursión de innovaciones tecnológicas como la Inteligencia Artificial y la Robótica. La creatividad humana es irremplazable y en un mundo tan cambiante, es imprescindible contar con colaboradores capaces de ver nuevos enfoques y abordar los retos con ópticas poco tradicionales.